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Primer equipo

101 años de ilusiones, lágrimas, sueños y satisfacciones

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Quizás hace un año ni tan siquiera la menta más maquiavélica e imaginativa era capaz de sospechar el destino que aguardaba al Levante U.D. en septiembre de 2010 coincidiendo con su 101 cumpleaños en el seno de la Liga de las Estrellas. Máxime partiendo de los condicionantes que envolvían a la institución cuestionando y ensombreciendo su futuro. La tarde del 9 de septiembre de 2009 se aventuraba como una jornada repleta de magia y misticismo para el común de los estamentos que conforman el levantinismo militante. La fecha estaba justificada. En el espacio que envuelve al Estadio Ciudad de Valencia cuando la noche comenzaba a cerrarse se iluminó el espíritu granota con la inauguración de los actos destinados a la celebración del primer centenario del club.

Ni la temida ley concursal, y sus perniciosos efectos, ni la caótica situación financiera del club fue capaz de mitigar el orgullo mostrado por los seguidores granotas desplazados para tan magno festejo. Por aquellos días, la prole de Luis García daba sus primeros balbuceos incluidos en la nómina de los equipos que integraban la categoría de Plata. El Levante U.D. salía a competir desprovisto de complejos y muy seguro de sus convicciones, con Sergio Ballesteros en el pedestal más elevado del imaginario blaugrana, pese a contar con uno de los presupuestos más ínfimos de la división. En ocasiones el pecunio no marca distancias. Ni se trata de un factor diferencial.

Hay cuestiones que pueden ser más determinantes y relevantes. Y en ocasiones los sueños se cumplen aunque a priori nazcan como una auténtica quimera. El ejemplo del Levante del curso 2009-2010 entronca con este postulado. Nadie apostaba por el grupo. Y sin embargo, el valor, el arrojo, la osadía y la seguridad de una plantilla y cuerpo técnico, caracterizado por su extremo y titánico compromiso, quebraron las leyes de la lógica. El grupo se lanzó a contracorriente al abordaje de una fantasía que parecía utópica. Tras presentar su candidatura en los meses anteriores, en junio la escuadra de Luis García consumó el tránsito hacia la elite tras golear al C.D. Castellón en el coliseo de Orriols. La entidad regresaba en el tiempo a junio de 1963 para festejar como local un nuevo ascenso a Primera División. La gesta entronca con las proezas que dignificaban a los héroes de la antigüedad clásica.

Las excelentes noticias, en el plano deportivo, conjugaban con una eficaz y oscura labor en los despachos. Resalta el himno de la sociedad que el nombre del Levante es fruto de un limpio y honroso historial. Habría que recorrer los afluentes de la historia para escrutar sus inicios. El viaje nos lleva hasta la Valencia de principios de siglo en concreto hasta el 9 de septiembre de 1909. Una escueta nota de prensa, recogida en los diarios contemporáneos, advertía del nacimiento del Levante F.C. previo paso por el registro de sociedades. José Ballester, un joven casi imberbe, era su presidente. No obstante, hay discusiones en relación a esta cronología. Hay constancia de enfrentamientos del Levante F.C. con anterioridad en el tiempo.

Algunos periódicos asocian su nombre al concurso futbolístico organizado en junio/julio en el marco de la exposición regional de 1909 aunque su rastro puede seguirse con anterioridad a esa fecha. Y siempre se ha establecido un nexo de unión con el Cabañal gestado en 1907 que una parte de la historiografia actual interpreta como un simple cambio de denominación en septiembre de 1909 aunque hay escasa correspondencia entre las alineaciones presentadas por el Cabañal y el Levante en ese marco temporal. Su inscripción, y el marco legal que suponía esta medida, en aquellos días era obligada si la entidad deseaba competir en el primer campeonato que los jóvenes equipiers valencianos trataban de organizar tras la experiencia que significó el concurso de la Exposición.

Las Provincias resaltaba esa condición inexcusable en agosto de 1909. Los equipos que no cumplimentaran este requisito formal no estarían en condiciones de afrontar los apasionantes duelos que se preveían para el otoño. Paralelamente a la epifanía del Levante, en el corazón de los Poblados Marítimos, apareció el Gimnástico de Valencia vinculado al centro histórico de la capital. Amador Sanchís fue el alma mater del proyecto gimnastiquista. Los recorridos de ambos clubes estuvieron disociados hasta el la claridad del mes de agosto de 1939. Las distancias en el imaginario eran notorias. Un club de raíz claramente republicana ante la representación de la Valencia conventual.

Las instituciones nacientes recorrieron los intrincados y espinosos caminos del fútbol valenciano durante los años veinte y treinta con continuas y reiteradas fricciones y la asunción de títulos en el marco del fútbol regional hasta unificar sus destinos tras la finalización de la Guerra Civil. El Levante F.C. llegaba a ese punto tras conseguir en propiedad la Copa de La República en julio de 1937. No fue un acto espontáneo el hecho de fagocitar sus intereses, se esconcían motivos políticos, sociales, económicos y hasta una readecuación mental a la nueva situación creada detrás de la fusión de dos almas, que no eran precisamente gemelas, que compitió como Unión Deportiva Levante Gimnástico en Segunda División durante los años inmediatos al conflicto bélico, pero fue la simiente de actual Levante U.D que hoy cumple 101 años de vida proyectando un futuro de esperanza y perspectiva.