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Primer equipo

El Levante rozó una remontada épica en Balaídos

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Quizás al filo del minuto sesenta del partido en el feudo de Balaídos al Levante únicamente le quedaba establecer un pacto con el diablo para girar un marcador que parecía sentenciado tras las dianas de Guidetti y Aspas. La ventaja local era más que evidente (3-0) y no existían excesivos indicativos para alimentar una remontada heroica que finalmente quedó inconclusa, pero que la escuadra azulgrana sintió como suya en los minutos finales de la una cita que enloqueció con el gol obtenido por Deyverson tras cabecear un centro procedente del costado derecho del ataque blaugrana que surgió de las botas de Camarasa. La disciplina del balompié es en ocasiones muy caprichosa y muy compleja de esclarecer. Esa idea se materializó sobre el verde del coliseo gallego en una media hora final de auténtico infarto que acercó a la sociedad azulgrana a un encuentro que parecía del todo perdido por mor de los acontecimientos gestados y que pudo voltear en un acto de verdadera fe. Guidetti surgió en sendas ocasiones para culminar una semana de oro, desde un prisma personal, con la adquisición en propiedad de cuatro goles. Es innegable que el atacante nórdico atraviesa por una coyuntura ascendente después de un largo período alejado del epicentro de la acción. La Copa del Rey y la cita liguera han activado su relación con el gol, si bien contó con la inestimable colaboración de Aspas en la fábrica de la diana que abrió el encu

El Levante se difuminó a raíz de los tantos del futbolista sueco. Es quizás una de las noticias más funestas del enfrentamiento en su aspecto más peyorativo. Toda la energía que había mostrado hasta ese instante se desvaneció de repente. Y en el cosmos de la exigente y competitiva máxima categoría no hay espacios para ofrecer concesiones de ese calado. Y si existen supone una merma notable y de considerables dimensiones como el Levante sufrió en primera persona porque sus secuelas resultan devastadoras. Hasta ese momento el guion seguía las pautas que se preveían. El Celta trataba de imponer su juego de combinación siempre en perenne vinculación con el balón mientras que el Levante respiraba asido a Morales y a Deyverson. La cartesiana presión celtiña impedía que el bloque de Rubi se moviera con soltura por el verde. Con todo, Deyverson probó desde la media distancia y Morales inventó por el flanco zurdo para generar incertidumbre.



No obstante, Orellana y Aspas encontraron un agujero demasiado grande en la medular para progresar y concluir la jugada con el gol de Guidetti. Y prácticamente sin tiempo material para que el Levante pudiera metabolizar la dureza del golpe, sintió como su universo se desvanecía con una mortífera vaselina del atacante de Suecia que helaba el corazón granota. Todo parecía perdido. Máxime tras la aparición de Aspas para cercenar las aspiraciones azulgranas, pero en entonces sucedió lo más inesperado y el Levante regresó puntualmente a la confrontación generando una sensación de pánico entre los asistentes al feudo de Balaídos. Hasta unos confines inexplorados donde no le había llevado su fútbol, le condujo una fe in quebrantable. El colectivo de Rubi tiró de casta para reconducir la situación.

Fue una reacción ejemplar que debe servir de acicate para no perder la esperanza. El gol de Deyverson no tuvo el carácter testimonial que se podía prever. Lo corroboró Pedro López apenas un par de minutos después materializándose en el segundo palo para batir a Sergio y generar una corriente de escepticismo que invadió al coliseo gallego. El Levante se ponía serio y Galicia es tierra de meygas. Deyverson rozó una igualada antológica con otro remate que propició una felina estirada del arquero local. Las emociones representadas por cada equipo eran totalmente antitéticas. El Celta dudaba de si mismo mientras la confianza de su oponente crecía desmesuradamente. Los goles propicias estados anímicos alejados. Rubi apostó por introducir toda la caballería pesada sobre el verde. Quizás era el momento de echar los restos en busca de un empate importante. Ghilas y Roger sumaron efectivos en las inmediaciones del ataque. La escuadra levantinista acabó con una defensa de tres e infinidad de jugadores por delante del balón. Orellana pareció aplacar los ánimos levantiscos de Levante, pero surgió Morales para añadir picante en los minutos finales. Pese al terrible esfuerzo granota el marcador ya no se movió.


RC Celta:

Levante UD:

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó con Amarilla a Bongonda, Toño, Simao, Lerma y Cuero

Goles: 1-0- M. 34 Guidetti. 2-0. M. 39 Guidetti. 3-0. M. 57. Aspas. 3-1. M. 62 Deyverson. 3-2. M. 64 Pedro López. 4-2. M. 83. Orellana. 4-3. M. 88 Morales