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Homenaje de las Peñas a Raimon Ferrer y visita a El Raconet

El jardinero oficial del Ciutat ("greenkeeper") desde hace casi 4 décadas recibió el cariño de los miembros de la Delegación de Peñas

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Comunicación

La Delegación de Peñas del Levante UD rindió homenaje anoche a Raimon Ferrer, jardinero y cuidador del césped del Ciutat de València durante más de tres décadas. Raimon, como todos lo conocen, no solo ha sido el responsable del tapiz verde del estadio, sino también un símbolo del sentimiento granota y una figura muy querida por generaciones de futbolistas, técnicos, empleados y aficionados.

Los peñistas, en palabras de su presidente Ramon Escolano, quisieron reconocer su dedicación incansable, su carisma y esa forma tan suya de vivir el Levante UD desde que comenzó a trabajar en el club a finales de la década de los 80. Porque Raimon no solo cuidaba el campo, también cultivaba la historia y el alma del club desde un rincón muy especial del estadio: El Raconet. Ese pequeño espacio escondido bajo la grada del fondo norte, creado y mantenido con mimo por el propio Raimon, también fue protagonista de la noche.

Visitas en el Raconet

El Raconet volvió a abrir sus puertas para ofrecer visitas guiadas y mostrar a los asistentes la impresionante colección de reliquias, recuerdos y objetos que narran la historia del Levante UD desde una perspectiva íntima y entrañable. Camisetas firmadas, fotografías históricas, botas, recortes de prensa y hasta un trozo del muro que cayó en el famoso accidente de Palermo: todo cabe en este santuario que ha sido testigo silencioso de miles de anécdotas y vivencias. Entre las cuatro paredes de El Raconet, apenas se distingue la pintura bajo la avalancha de recuerdos: camisetas de leyendas como Messi o Bale, botas, cuadros, fotografías, documentos, un bombín que Joaquín Sabina le regaló en un concierto en el estadio, y hasta un trozo del muro que cayó sobre Martín Palermo en el famoso accidente de 2001. También hay piezas cargadas de afecto, como una estatuilla de Manuel Preciado, imágenes junto a Caparrós cantando Resistiré, o la camiseta de Maradona que llegó al rincón gracias al portero argentino Pablo Caballero. Cada objeto encierra una historia, un guiño a la memoria y al corazón granota.

Un homenaje de la Delegación de Peñas

El homenaje, al que acudieron por parte del club el director de Desarrollo de Negocio, Miguel Miró, y la directora de Comunicación y Relaciones Externas, Puri Naya, no solo fue un reconocimiento por parte de la Delegación de Peñas a la trayectoria profesional de Raimon (a quien por cierto todavía le quedan varios años para jubilarse) sino también a su forma de ser. Porque si algo lo define es su capacidad para generar comunidad, para convertir una caseta de herramientas en un lugar de encuentro, de confidencias, de risas y también de consuelo en las derrotas.

Anoche, entre aplausos, abrazos y alguna que otra emoción, quedó claro que su legado va mucho más allá del césped. Está en la memoria compartida de todos los granotas. Raimon sigue trabajando en el Ciutat de València a falta de unos años para jubilarse, será entonces cuando seguro que hará un exhaustivo repaso a toda su trayectoria como "greenkeeper", como se dice ahora, del Ciutat de València.