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Primer equipo

Rossi ya tiene tomada la matrícula del Getafe

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Nada parece novedoso si se focaliza la atención en las botas de Giuseppe Rossi. El atacante transalpino emigró desde el Calcio, hace apenas unas semanas, con destino hacia la Liga BBVA a la caza y captura de minutos y también de oportunidades que le permitan regresar a la primera línea de acción en el interior del verde. Rossi está reeditando, desde una perspectiva íntima y personalizada, emociones perdidas que le devuelven al epicentro de las maniobras que se desarrollan sobre el césped. En ese sentido, y partiendo de su experiencia anterior, desarrollada en las filas del Villarreal, nada es nuevo, pero a la vez todo lo que le rodea le permite regresar a un territorio emocional y deportivo que amenazaba con difuminarse. Así que nada, en realidad, parece especialmente novedoso del duelo que ya comienza a despuntar como sucede a la luz crepuscular del día tras la sombría noche.

Ni las trazas y la fisonomía del adversario que mañana tratará de oponer resistencia a la escuadra azulgrana en territorio levantinista en una referencia evidente al Getafe. Ni la escenografía que envuelve a la cita. Ni, tan siquiera la cadencia que propone un partido tildado, sin ambages, por la totalidad de los protagonistas como una auténtica gran final, ante el incalculable valor que presenta, ni las emociones que esconde. Rossi volverá a cruzarse con el Getafe en su camino futbolístico. Ya lo hizo en su estancia en las filas del Submarino Amarillo. Y no fue una mala experiencia en virtud de sus prestaciones más personales. El internacional por Italia sabe lo que significa desescombrar la ruta del gol que conduce hacia la portería del club de Sur de Madrid. Su expediente resalta que lo ha conseguido en un par de ocasiones.

No es el equipo de la competición liguera con mayor número de muescas en su revólver, pero ha dejado rastro de su impregnación en los choques materializados, principalmente a la orilla de El Madrigal. Rossi fue capital en la resolución de un encuentro marcado por los antagonismos. El Getafe marchó a la caseta con una aclaradora ventaja (0-3) que no supo administrar adecuadamente en la reanudación. Fue un envite repleto de alternativas. Las disyuntivas se agolpaban. El paisaje se transformó de manera volcánica. El vendaval madrileño dio paso a un ciclón amarillo que equilibró la ventaja. Lo que parecía un auténtico imposible se confirmó en el capítulo final. Rossi personificó una heroica remontada con la adquisición de la tercera diana en el minuto 85. Las crónicas resaltan que el italiano pudo cambiar el destino del partido en la postrera acción tras cruzar en exceso ante la meta de Abbondanzieri. En mayo de 2011 los dos adversarios se descubrieron de nuevo sobre el tapete. Pedro Ríos avanzó al equipo azulón. En la reanudación Cani y Rossi mutaron el signo de una confrontación que propiciaba verdades absolutas. El mes de mayo determina que es el momento de consignar los objetivos perseguidos.

El Villarreal abrazó la cuarta plaza con 60 puntos que le permitía aferrarse a la Liga de Campeones. Por su parte, el Getafe de Michel coqueteaba con el descenso. El Bambino retornará mañana al coliseo de Orriols con la camiseta azulgrana pegada a su cuerpo para cruzarse con el Getafe en un duelo que se presagia repleto de voltaje. Será su tercera presencia en el limes del feudo granota. Atrás queda la imagen de los choques ante Las Palmas Y Barcelona. Sus actuaciones en el coliseo de Orriols han sido realmente convincentes. Rozó el gol ante la sociedad canaria en su presentación y mostró su profundo catálogo de virtudes ante la escudería culé. El enfrentamiento ante el Getafe está claramente perfilado. Es un duelo de tendencia hiperbólica. Tampoco es un encuentro nuevo desde ese prisma. Rossi acostumbró a afrontar choques trascendentales bordeando el terrible precipicio que establece el descenso con la elástica del Parma. Y la experiencia finalmente resultó satisfactoria. La victoria en clave azulgrana prevalece. Es la única pretensión de Rossi y de los estamentos blaugranas.