Victoria de Orgull Granota en el Ciutat de València
El Levante UD puso la guinda a una gran noche con la victoria conseguida ante el Real Valladolid. Un triunfo logrado gracias a la unión entre equipo y afición que han sido uno y han puesto fin a la dinámica de resultados que venía lastrando al equipo en las últimas jornadas.
La acción comenzó bien temprano en el Ciutat de València, ya que, a los dos minutos de comenzar el partido, Dani Gómez adelantó a los locales tras batir a Masip. La afición granota estalló de júbilo al mismo tiempo que los jugadores celebraban con rabia ese gol que les ponía por delante en el marcador. Sin embargo, la alegría duró poco. Cinco minutos más tarde, M. Sylla estableció el empate. El Levante UD pudo volver a adelantarse tras un saque de esquina ejecutado por Pablo Martínez. El balón quedó muerto en el área y el remate de Oriol Rey fue despejado por el guardameta. El ‘10’ lo intentó más tarde con un lanzamiento desde fuera del área que acabó en saque de esquina. Dani Gómez estuvo a punto de dibujar una auténtica obra de arte con un control dentro del área, próximo a la línea de fondo, y a la media vuelta remató el esférico que se marchó fuera por muy poco. Quien sí levantó a toda la grada de sus asientos fue Pablo Martínez que puso el 2-1 en una acción espectacular en la que, en la frontal del área, esquivó a los defensas que salieron a su paso para robarle el balón y con un gran zurdazo lo envió al fondo de la red.
Tras el paso por vestuarios, Dani Gómez puso el miedo en el cuerpo de los del Real Valladolid, pero Masip acabó despejando el esférico con una buena intervención. El Levante UD quería más, aunque también debía permanecer atento a las acometidas de los visitantes que no se dieron por vencidos. El conjunto granota probó fortuna con un saque de esquina ejecutado por Pablo Martínez que Kochorashvili recibió en el área y, tras el control, remató con la izquierda. Masip envió el balón nuevamente a córner. La réplica del Real Valladolid llegó con un potente disparo de Iván Sánchez desde la frontal del área que golpeó en el larguero. El guardameta visitante volvió a tomar protagonismo parando el lanzamiento desde los once metros de Kochorashvili después de que el colegiado señalara la pena máxima por manos. La emoción volvió a estar a flor de piel instantes después al volver a señalar penalti, pero, esta vez, a favor del Real Valladolid. Monchu se posicionó detrás del balón y Andrés Fernández detuvo el lanzamiento. Grada y equipo celebraron al unísono la parada y estallaron de alegría con el pitido final.