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Primer equipo

Rossi; letal en sus estrenos en Manchester, Parma y Villarreal

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Letal y contundente y con un plus de veneno en sus botas. Así se ha mostrado Rossi en sus estrenos en Manchester, Parma y Villarreal. Y en su pensamiento se materializa la cita liguera ante la U.D. Las Palmas en el choque que podría significar su debut con la camiseta azulgrana del Levante. “Tengo muchas ganas de jugar, aunque son cosas que decide el míster. Si juego un minuto o 70 ó 90 será algo muy especial”, resaltó esta mañana en su presentación oficial como futbolista del club de Orriols después de conocer que forma parte de los diecinueve jugadores convocados por Rubi para afrontar la cita ante la U.D. Las Palmas. Un imberbe Giuseppe Rossi saltó al verde del Stadium of Light de Sunderland con el histórico escudo del Manchester pegado a su piel. Era su primera experiencia con los Diablos de Old Trafford. El atacante italiano, con apenas dieciocho años, saltó desde el banquillo después de recibir las consignas establecidas por Sir Alex Fergusson.

Todo parecía estar revestido de una mística especial en aquella lejana jornada del sábado 15 de octubre de 2005; desde cada uno de los consejos previos que recibió por parte de uno de los gurús del fútbol internacional hasta el relevo que supuso estrechar su mano con la de Ruud Van Nistelrrooy y gravitar en torno a una refulgente constelación de estrellas. El futbolista holandés, que acababa de ampliar los márgenes del marcador tras anotar el segundo, pareció bendecir con su mirada a su joven compañero. Rossi entró en el rectángulo de juego con decisión y marchó al espacio en el que se cuece el gol. Elliot recortó las distancias en el minuto ochenta y dos (1-2), y la incertidumbre surgió durante unos minutos, pero fue una emoción que no tardó en difuminarse. Rossi, apenas nueve minutos después de ingresar en el césped, cazó un balón en el interior del área del Sunderland que sorprendió a Kevin Davis. El atacante celebró la diana con profusión en su estreno en el ecosistema de la Premier League.

El tanto ratificó la victoria del United. El guion no tardó en reeditarse. Los estrenos de Rossi suelen ser sonados. Y no se trata de una simple afirmación desprovista de sentido. En enero de 2007 Il Bambino retornó al país transalpino para ajustarse la elástica del Parma en calidad de cedido por el Manchester. Rossi aceptó un desafío de considerables dimensiones en la ciudad parmesana. La escuadra italiana fondeaba por la zona más incómoda de la tabla. El domingo 21 a las cuatro de la tarde emergió para posicionarse en el Ennio Tardini. Stefano Piolo no lo dudó ni un instante al confeccionar el once inicial que opondría resistencia al Torino; Rossi formaba parte del grupo de los escogidos. La cotización del triunfo era incuestionable. Y su valor trascendía. El futbolista nacido en New Jersey en febrero de 1987 adquirió notoriedad. La presión de un enfrentamiento de atmósfera cargada y condensada no le conmovió. Su figura parecía ser refractaria a la inquietud o a la zozobra que significa competir bajo el yugo del descenso.

En el minuto setenta y cinco desatascó un encuentro muy comprimido. Rossi convirtió en gol una asistencia de Paolo Castellini y advirtió de sus intenciones. En un corto margen de tiempo, seis meses, anotó ocho dianas que posibilitaron la permanencia de un histórico del calado del Parma. Y la tendencia descrita volvió a contar con un nuevo capítulo con la camiseta amarilla del Villarreal. El Submarino Amarillo apostó por el italiano y Rossi se convirtió en uno de los fichajes capitales del verano de 2007. La competición liguera descorrió el telón con un duelo que llevó al equipo de Manuel Pelegrini hasta el coliseo de Mestalla. La temporada nacía y el Villarreal descorchó el curso con una demostración de fuerza. No hubo debate en aquella confrontación resuelta con los goles de Tomasson, Rossi y Cazorla. El grupo de El Madrigal expuso sobre el verde con determinación sus pretensiones. Fue una especie de alegato sobre el que fundamentar un ejercicio excelso coronado con el subcampeonato y Rossi dejó su rastro en su primer partido oficial con la entidad castellonense.