
La enchufó Giuseppe Rossi ante su adversario preferido en el ámbito de la Liga BBVA en una de las ocasiones de mayor complejidad. El italiano mostró sus argumentos cuando lo balones caen por el interior del área rival. En ese espacio se muestra letal. Sus botas son inmisericordes en ese punto del terreno de juego y también cuando se topa con la escuadra blanquinegra. Lo hizo en su estancia en el Vilarreal y lo repitió en el derbi de la capital del Turia. Rossi embocó un saque de banda made in Juanfran que más parecía un saque de esquina. Se trata de una de las especialidades del capitán. Lo saben sus compañeros. Deyverson realizó una emboscada en la que cayeron los defensores foráneos. La maniobra de distracción dio los réditos que se esperaban. El italiano no desaprovechó la ocasión para batir a Alves y consignar un triunfo necesario, merecido y sumamente esperado por parroquia granota ante el simbolismo que encarna vencer al equipo de Mestalla. El Levante lanzó un mensaje en dirección a la Liga BBVA y a sus rivales directos en la encarnizada batalla por la supervivencia en la elite. No está dispuesto ni a claudicar, ni tampoco a descabalgarse. El esfuerzo y el camino se presuponen de una dificultad tan terrorífica como terrible, pero hay complicidad y compromiso para afrontar un reto de dimensiones considerables.
La fe levantinista decantó el derbi de la ciudad que llegó en el prólogo de las Fiestas Josefinas. El Levante fue arrinconandosu adversario a base de casta y de ilusión. Su ánimo en la búsqueda del triunfo fue inquebrantable. Y nunca menguó. En ese sentido, el enfrentamiento aparecía enmarcado en rojo después de la igualada saldada en Anoeta. El punto provocó una catarsis en el plano mental de los jugadores que se puso de manifiesto a lo largo de la semana en las sesiones de entrenamientos habituales. Hoy la consecución en propiedad de los tres puntos ha supuesto una merma considerable con los equipos que delimitan la raya en la batalla por sobrevivir. La escuadra de Rubi entra de nuevo en la puja y ve el objetivo a la distancia de un partido. El hecho tiene un incalculable valor desde una perspectiva anímica.
El encuentro apareció con un sobresalto ante la portería defendida por Mariño. Feghouli se encontró un balón sin propietario, tuvo tiempo para pensar y encarar al cancerbero gallego.No obstante, la respuesta de Mariño fue sideral. La acción no se convirtió en un paradigma de todo aquello que podía acontecer en la pradera azulgrana. De hecho, fue el Levante quien comenzó a controlar el duelo. Los jugadores de Rubi no se lo pensaban en exceso para enviar balones en largo hacia la figura evanescente de Deyverson. La escuadra azulgrana era mucho más vertical y directa en su propuesta, pero fue Feghouli quien volvió a silenciar el feudo de Orriols tras proyectarse por el costado zurdo y arquear su pierna en busca del palo largo de Mariño. Era un duelo de mirada afilada. El Levante juega al filo del precipicio y no es fácil emerger y tener las piernas y la cabeza frías cuando uno siente el horror vacui que provoca el miedo al vacío. No es sencillo medir sus movimientos en ese estado. El Levante quería el partido. Era una actitud innegociable.
Rossi estrelló su disparo en la base del poste. En la acción previa se reclamó infracción tras una caída de Morales en el interior del área del Valencia. En ese momento creció la imagen de Alves, poderoso en cada una de las jugadas protagonizadas. Sus respuestas fueron brutales. Primero desbarató una colada hasta la cocina de Deyverson. Más tarde tiró de reflejos para salvar un cabezazo de Feddal en un lanzamiento desde la esquina y como corolario sacó una mano milagrosa para defender un disparo lejano del brasileño. El Levante merecía mejor suerte y la encontró en la segunda mitad quizás en la acción más insospechada y menos evidente. Rossi alcanzó la gloria y justificó la incontestable calidad que guardan sus botas, pero Deyverson el tesón de Deyverson fue meritorio para forzar un error defensivo que propició el saque de banda de Juanfran que cruzó el atacante italiano para aprisionar tres puntos capitales.
Levante UD:
Valencia CF:
Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Simao, Pedro López, Parejo, Aymen, Javi Fuego y Mustafi.
Goles: 1-0. M. 64. Rossi